Resultados preliminares de la expedición Uruguay Sub200: “decenas de especies nuevas” y “cientos de registros de especies nuevas para Uruguay”

El martes 14 y el miércoles 15 de octubre, integrantes de la expedición Uruguay Sub200, liderada por investigadoras e investigadores de la Universidad de la República, presentaron los resultados preliminares de la campaña en las sedes de Rocha y Maldonado del CURE. 

El buque de investigación Falkor (Too), operado por el Schmidt Ocean Institute (SOI), inició el 22 de agosto la expedición “Uruguay Sub200: Viaje a lo desconocido” que finalizó el 19 de setiembre, y en la que participaron 36 científicos/as y técnicos/as de 18 instituciones de seis países.

En primera instancia, en el Centro Universitario Regional del Este (CURE), sede de Rocha, con la presencia de la Directora del CURE Rocha, Lorena Rodríguez; el director Regional del CURE, Joaquín Marqués; y de medios de prensa local, se llevó adelante una conferencia de prensa en la que participaron cinco integrantes del equipo científico que formaron parte de la expedición: Fabrizio Scarabino, Pablo Limongi, Beatriz Yannicelli, Valentina Amaral y Gabriela Vélez-Rubio. 

Foto: Unidad de Comunicación Institucional CURE
Una expedición para conceptualizarnos como país marino

Luego de dar la bienvenida, Rodríguez reconoció que la exploración del fondo marino “fue todo un logro colectivo y entre varias instituciones”. Desde el inicio se destacó el trabajo interinstitucional que permitió que fuera “un proyecto de la Udelar y no solamente del CURE o de la Facultad de Ciencias”. La colaboración incluyó al Clemente Estable, el Museo de Historia Natural, el Ministerio del Ambiente, el Ministerio de Defensa y la Dinara, entre otros.

A continuación, Scarabino señaló que “Uruguay Sub 200 tuvo como interés fundamental explorar zonas profundas del margen continental y de la planicie abisal que nunca se habían visto como las vimos”, añadió que fue un proceso “fundamental para conceptualizarnos como país marino también”. El proyecto busca promover la alfabetización oceánica, porque “somos un país analfabeto en términos marinos”, valoró.

Destacó “el enfoque transdisciplinario, lo interinstitucional tan fundamental, pero transdisciplinario, trabajando también con organizaciones de la sociedad civil”. 

La expedición registró más de 64 kilómetros recorridos y casi 200 horas de observación, generando más de 112.000 registros anotados de fauna y ecosistemas. Se documentaron especies comunes, incluyendo hábitats quimiosintéticos y arrecifes de coral con biodiversidad excepcional. Los hallazgos incluyeron moluscos, calamares, pulpos, tiburones y esponjas, muchos de ellos inéditos para Uruguay.

También “nos fascinó desde el principio el hecho de trabajar en el streaming de una forma importante y también de trabajar con un artista a bordo”. La iniciativa integró ciencia, comunicación y arte, con la participación especial del músico Alejandro Balbis.  

Foto: Schmidt Ocean Institute.

Valentina Amaral, integrante del Departamento Interdisciplinario de Sistemas Costeros y Marinos del CURE, se refirió al trabajo que ahora se traslado a los laboratorios del CURE, donde “ya estamos trabajando, midiendo, por ejemplo, la concentración de carbono en las muestras de agua y las propiedades ópticas”, incluyendo análisis de microplásticos y la comunidad bacteriana de la columna de agua. 

Por otra parte, Yannicelli, docente del Departamento Interdisciplinario de Sistemas Costeros y Marinos del CURE, reconoció que el ROV SuBastian, permitió tomar muestras precisas y, complementado con sensores y satélites, “nos permite tener una visión completa del ecosistema desde el punto de vista biológico y biogeoquímico y físico”. Además, se implementaron técnicas de succión y colectores adaptados para capturar fitoplancton y organismos del fondo, permitiendo estudiar la conectividad y las tramas tróficas: “tenemos muestras de superficie, muestras de fondo que podemos comparar también con su estructura y su composición”. 

En tanto, Pablo Limongi, biólogo e integrante del Departamento de Modelización Estadística de Datos e Inteligencia Artificial del CURE, que ingresó en la segunda etapa de la exploración, indicó que “una de las funciones que tuvo este proyecto fue vincularnos con la sociedad civil, sobre todo a través de instituciones educativas y en ese sentido, en las localidades en las que estábamos nosotros intentamos acercarnos a niños de escuela” y “adolescentes de los liceos”. 

En la misma dirección, la docente de Facultad de Ciencias, Gabriela Vélez-Rubio, resaltó que la campaña incorporó educación y vinculación con la sociedad mediante el trabajo junto a Ceibal y Antel, con cuatro conexiones Ship to Shore para que “todos los niños de todas las escuelas del país pudieran acceder”, donde “ellos recibían las preguntas de niños y niñas, y desde Ceibal nos hacían preguntas a los investigadores que estábamos a bordo”. Las transmisiones quedaron disponibles en YouTube y otros canales, generando amplia repercusión. 

“Organizamos distintas instancias en las cuales intercambiamos no solamente lo que íbamos a hacer, también lo que estaba sucediendo en ese momento en el barco y hubo un intercambio muy lindo porque previamente también tuvimos un intercambio con las docentes, con directoras de las instituciones, entonces les hicimos llegar cuál era la propuesta y estuvieron trabajando con ese tema. Luego vinieron los niños y los adolescentes muy informados, entonces se dio un intercambio muy lindo”, añadió Limongi.  

Uruguay Sub200 recorrió el margen continental de sur a norte

En la jornada del miércoles, en la sede de Maldonado, Alvar Carranza, docente del CURE y coordinador a cargo del equipo científico de la expedición Uruguay Sub200, junto a Leticia Burone, aseguró , en diálogo con la prensa local, que la campaña fue “un éxito” y recordó que la exploración visitó “todo lo que es el margen continental de sur a norte, desde la frontera con Argentina hasta la frontera con Brasil”. En la expedición, el ROV SuBastian, logró realizar 23 inmersiones efectivas, donde “recorrimos los seis cañones”, superando los 4.000 metros de profundidad.

Foto: Schmidt Ocean Institute.

Dentro de los principales hallazgos de la exploración, se encontraron “decenas de especies nuevas, probablemente más de 30, cientos de registros de especies nuevas para Uruguay”, reconoció Carranza.

Sobre al hallazgo del destructor ROU Uruguay a 1.165 metros de profundidad, un buque de la Armada Nacional de Uruguay hundido intencionalmente en 1995, como parte de un ejercicio naval y aéreo, Carranza manifestó que “ver un naufragio a más de mil metros de profundidad con fines de científicos, en tiempo real, es la primera vez que ocurre en Latinoamérica”

Entre los sitios explorados, destacó la visita a cuatro montículos de  arrecifes de coral “en aguas poco profundas, en buen estado de conservación, a pesar de algunas señales de impacto, como aparatos de pesca”.

El oceanógrafo y arqueólogo marino, Rodrigo Torres, comentó que el hallazgo del buque “fue la sorpresa dentro de las sorpresas”. La transmisión

del descubrimiento “en tiempo real para miles de personas, tan vibrante, tan exuberante”, generó un momento de “emoción, de realización, de técnica, de suerte, de buena vibra”. El docente del CURE resaltó que se trató de “ciencia moderna en vivo” y es “como si el CURE ahora tiene un laboratorio vivo a 1.165 metros de profundidad”.

Los científicos también observaron la presencia de basura marina, macroplásticos y líneas de pesca, lo que dificultó, en ciertas ocasiones, la maniobrabilidad del ROV debido a las fuertes corrientes marinas. En ese sentido, Bárabra De Feo, integrante del Departamento de Ecología y Gestión Ambiental del CURE, quien se enfoca en el estudio de macroplásticos y microplásticos, reconoció que “fue una sorpresa a medias, porque se esperaba encontrar, pero no tanto como lo que vimos”.

De Feo sostuvo que se trató de una experiencia “muy enriquecedora”, resaltó que “en todas las inmersiones había algo que nos emocionaba” y “siempre se conocía algo nuevo”, añadió además que se trató de una exploración que “democratizó el conocimiento oceánico”.

El investigador Juan Pablo Lozoya, del Departamento Interdisciplinario de Sistemas Costeros y Marinos del CURE, afirmó que el balance del proyecto Uruguay Sub200 fue “súper positivo”, resaltando que “fue un esfuerzo con un montón de investigadores”.

Lozoya destacó la posibilidad inédita de observar los ecosistemas marinos en tiempo real gracias a la transmisión en vivo: “tener la posibilidad que nos brindó este buque de esa transmisión online en vivo, en una calidad bestial, y descubrirlos todos juntos a la vez, fue una oportunidad única”. Entre los hallazgos, mencionó “los arrecifes de coral de profundidad”, “los pulpos” y “el despliegue increíble de biodiversidad” que pudieron registrar durante la expedición.

Agregó que otro de los objetivos de la exploración fue  “generar información de primera mano, generar soberanía sobre estos recursos, sobre estas especies, sobre estos ecosistemas vulnerables”, y señaló que esperan que los datos obtenidos “sean de utilidad para la gestión y la toma de decisiones”.