Cierre del Desafío Ambiental Colaborativo: “una iniciativa que busca generar ciudadanía ambiental” 

El pasado miércoles 26 de noviembre, se realizó la jornada de cierre del Desafío Ambiental Colaborativo “Desarrollo de la Ciudadanía Ambiental”, en el Centro Universitario Regional del Este (CURE), sede de Rocha. 

El Desafío Ambiental Colaborativo invitó a cada colectivo educativo a identificar un problema socioambiental de su localidad para investigarlo, compartirlo y difundirlo a lo largo del año.

En primera instancia, a partir de las 18.00 horas, en el Aula Magna “Prof. Dr. Gonzalo Perera Ferrer”, se llevó a cabo un acto protocolar que contó con la presencia del presidente de la Comisión Departamental de Educación de Rocha, docente del CURE y coordinador del Desafío Ambiental Colaborativo “Desarrollo de la Ciudadanía Ambiental”, Germán Azcune, la estudiante de la Licenciatura en Gestión Ambiental (LGA), Serrana Muniz que, en el marco de una pasantía, fue la co-coordinadora del proyecto y la directora del Centro Cultural María Élida Marquizo, Anny Cadimar. 

Luego se presentó el video que agrupó el trabajo de todos los equipos que participaron del desafío ambiental. Más tarde, entre 19.00 y 20.00 horas, se realizó una actividad lúdico-recreativa donde se buscó fomentar el pensamiento crítico y se le dio un cierre al proceso. 

Foto: Unidad de Comunicación Institucional del CURE
Generar ciudadanía ambiental 

La propuesta que nació a principios de 2025, promovida por la Comisión Departamental de Educación, es “una iniciativa de carácter no competitivo, formativo y colaborativo, que busca generar ciudadanía ambiental”, definió el coordinador de la iniciativa. Partiendo de “un eje transversal para todas las edades y todos los centros educativos, tanto de educación formal y no formal”: “el medio ambiente y el ser humano como parte de ese ambiente”.

Para el desafío ambiental, “se inscribieron 13 equipos, algunos no pudieron seguir con la totalidad del desafío, pero seis equipos recibieron sus diplomas y lograron terminar el proceso”.

Azcune explicó que la iniciativa “proponía la búsqueda de una problemática socio ambiental local para cada centro educativo y, poco a poco, generar un diagnóstico y una respuesta a esa problemática socioambiental, tratando de buscar soluciones”. 

Dentro de las instituciones que participaron, se encuentra el grupo de séptimo año de la Educación Básica Integrada del Anexo Punta del Diablo Cerro de los Pescadores, donde participaron 21 estudiantes. Daniel Canobra, coordinador de la institución, señaló que el equipo de estudiantes contó con el apoyo de la referente de Trayectorias educativas, Ángeles Techera y la docente de Tecnología, Cecilia Echevrre. 

Foto: séptimo año del Anexo Punta del Diablo Cerro
Foto: séptimo año del Anexo Punta del Diablo Cerro

Inmersos en un entorno marcado por la pesca, el equipo se planteó construir y representar tres barcos pesqueros que se encuentra en la Playa de los Pescadores: Ana Carolina, Las Tres Marías y Lina Valera. Estas representaciones fueron realizadas a escala, con materiales reciclados. Canobra, recordó que el proyecto surgió “a raíz de una recorrida por la playa donde se encontraron torres de computadoras tiradas, las cuales trajeron para el centro” y, “cómo podían contaminar la costa, a su vez aprovecharon para reciclar lo que servía de estas y así comenzaron con el proyecto hasta llegar a construir una maqueta”. Para luego “reutilizar las chapas para construir los barquitos” y “los motores para moverlos”.

En el marco del Desafío Ambiental Colaborativo, también se llevaron a cabo charlas quincenales o mensuales, según las necesidades de los equipos, con docentes del CURE especializados en temáticas ambientales. Durante estos encuentros se presentaron las propuestas y se promovió un intercambio tanto con los coordinadores como con los docentes referentes de cada temática. De esa forma, se llevó a cabo “un acompañamiento metodológico, para transformar las ideas iniciales en diagnósticos y en posibles intervenciones también”, afirmó Azcune.

“Tuvimos equipos inscriptos de Chuy, de Punta del Diablo, de La Paloma, de Rocha, de Lascano, de Velázquez y de Cebollatí. Participaron centros de educación formal y no formal, con integrantes desde cinco hasta los 50 años”, señaló el docente. Desde “centros que nuclean niños, como INAU (Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay), hasta el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR)”, de la Unidad de internación N° 22, ubicada en la ciudad de Rocha, que participaron a través del Taller “Autocuidado y relación con el en entorno”, a cargo de Ana Medina. También integraron el proyecto grupos de la Escuela Técnica de Chuy, el Hogar Mar de Fueguitos de INAU, el equipo Plastic3R del Liceo N° 3 de Rocha y el proyecto Eco Glass.  

Al mismo tiempo, los equipos debían de generar un video breve que “contara su proceso, su resultado, qué fue lo que hicieron, cuál fue su problemática” y “cómo la encararon”. En ese sentido, valoró que  el resultado del proceso fue “muy interesante”, pese a que “teníamos miedo de no tener tanta participación, se dio un proceso muy bonito”, sostuvo. 

El docente del CURE remarcó como un aspecto positivo, “la diversidad territorial” presente en la adhesión al desafío, y aseguró que la jornada, “lejos de querer presentarse como un cierre, fue una invitación a continuar”. “La idea es que el desafío ambiental colaborativo continúe y que se siga potenciando”.